Arcángel Miguel, príncipe de los cielos, te amo por el gran servicio que prestas a la humanidad. Abro mi corazón para darte una ofrenda de agradecimiento y de amor puro. Amado príncipe, tú que te encargas de hacer que los decretos de Dios se cumplan, envuélveme a mí, a mi familia y a todo aquel que lo requiera en un pilar del Rayo Azul, para que purifiques nuestras vidas y para que la santísima voluntad de Dios se cumpla en nosotros. Así mismo protégenos con tu Rayo Azul y con tu poderosa espada de los ataques de nuestros enemigos, aparta de nosotros a los seres demoníacos y del bajo astral que vengan a ocasionarnos algún daño psíquico o físico, y llevad siempre nuestras necesidades al altar de Dios. Que tu hermoso Rayo Azul penetre en mi alma, removiendo cualquier maldición, vicio, atadura, implante o hechizo que pueda haberla contaminado, para así lograr convertirme en la voluntad de Dios en acción.
Con tu llama azul, disuelve y destruye, disuelve y destruye, disuelve y destruye todo ataque espiritual que venga a mi por causa de la envidia, y permiteme alzarme a las gloriosas bendiciones de Dios, para ver derrotados a mis enemigos espirituales.
Lo que pido para mi, también lo pido para el resto de la humanidad. Gracias, Gracias, Gracias. Amen.